lunes, 19 de noviembre de 2007

Una mirada a la sociedad actual.

Gracias a la globalización y a la economía liberal, nos hemos visto en la obligación de aceptar la imposición de nuevos modelos de vida universales, formas de pensar, de actuar, que son transmitidos seductoramente por los medios de comunicación, y que son rentables para el mercado. En esta nueva forma de pensar es aceptable el TODO VALE PARA ALCANZAR EL OBJETIVO PROPUESTO, sin importar las consecuencias que puedan acarrear mis actos.

Actualmente todos los aspectos de la vida los tomamos de manera muy liviana, los derechos humanos, la democracia, la solidaridad, la patria, dios y hasta la sexualidad. Todo esto puede convertirse fácilmente en mercancía y ser ofrecido en el mercado. Lo cual nos demuestra que ha perdido valor para nosotros. Como expresa Marina (1992) "La paradoja es implacable: la realidad es abrumadora. Si no la devalúo, me oprime. Pero si la devalúo, me deprimo. Si tomo la vida enserio acabo angustiado por las consecuencias de mis actos. Si no tomo nada enserio, me licuo en una banalidad derramada.

La importancia de la elección personal e independiente de las tradiciones lleva indudablemente a la secularización religiosa, pero también a la secularización política, al perder la seguridad y la confianza en las instituciones políticas el bienestar y los partidos. El mercado, como necesidad social ha utilitarizado todo concepto. Esto es la base de la individualidad, y la individualización se acomoda a las exigencias de la diversificación y diferenciación de la oferta. Por tanto, la sociedad neoliberal se basa en la individualización como separación, diferenciación y competitividad, no como promoción de la identidad individual, basada en la independencia del intelecto.

La cultura, gracias a los soportes informáticos y audiovisuales, parece estar al alcance de cualquier persona, pero la globalización es un arma de doble filo, puesto que también suelen mezclarse unas culturas con otras, resultando una inevitable pérdida de la identidad.

La trivializacion acumulativa de la sobre información conlleva a un riesgo, la confusión y perplejidad, la mera acumulación de anécdotas, sin estructurarlas, perdiendo su importancia, y a demás a la discriminación y exclusión de aquellos grupos con menor poder económico, que no pueden acceder a la información. Actualmente si no estas al día con las copuchas de la televisión, si no tienes TV cable, o no ves el nuevo video que subieron a youtube, no tienes tema de conversación en la sociedad, quedando excluido.

La vanalidad a la que hemos llegado, me tiene realmente sorprendida, aunque quizás no tanto, puesto que en mi historia de vida siempre se ha vivido así, solo se cambian unos conceptos por otros, por ejemplo, las portadas de los diarios, pasamos de las portadas morbosas de choques, robos, accidentes y muerte, a las portadas de farándula y dichos faranduleros de políticos. En ninguno de los dos casos hemos tomado las cosas con el peso que realmente tienen. Por el lado de los accidentes, la morbosidad de ver gente agonizando nos carcome, tomándonos muy livianamente la muerte, y por el lado de la farándula, que una modelo pelee con otra por un futbolista, nos parece mas interesante que fijarnos en que la presión del mercado esta destruyendo los lugares mas hermosos y con mas biodiversidad de Chile.

Que un científico hable sobre problemas medioambientales, o sobre cualquier descubrimiento, le da status, por su conocimiento, pero a la vez preocupación de los individuos por el hasta donde va a llegar el avance científico, preocupación que nace del incremento de la fragilidad de la vida y la incertidumbre del futuro, pues el poder científico esta siendo también dominado por el mercado, dejando la ética científica un poco o bastante olvidada.

A pesar de estudiar pedagogía en ciencias y estar cercana a la vida científica, debo confesar mi temor al descubrimiento, porque en la sociedad actual los descubrimientos quedan a libre disposición del mercado, siendo mal utilizados para lucrarse de ellos. Esto me da miedo, el conocimiento vendido al mejor postor, a cualquier loco cegado por el dinero y el poder, dejando vulnerable a todo aquel que este bajo su posición.

Los medios de comunicación estimulan el individualismo y el conformismo social. Se hace legítima una ley de la selva, en la cual se sitúa a cada persona en “el lugar que le corresponde”. La búsqueda de la identidad personal esta vinculada a la competitividad profesional y a la diferenciación por el consumo cono indicador de status.

En toda practica social, se tiene la convicción de que el fin justifica los medios, y cualquier medio es aceptable con tal de que a la consecución de nuestro objetivo. LYOTARD (1989) nos dice que, “en un universo donde el éxito consiste en ganar tiempo, pensar no tiene más que un solo defecto, pero incorregible: hace perder el tiempo, no es eficiente”. Prima la rentabilidad ante la productividad, sin importar que no se venda un producto de calidad, ante la obsesión por la eficacia.

En la educación podemos observar que no prima el proceso para lograr la calidad anhelada, si no que lo mas importante son los resultados, la rentabilidad, y no la productividad como debiera ser.

Los centros de poder político y económico difunden la idea de que no hay mas que una realidad, una única forma viable de organización, jugando con nosotros como muñecos, que solo sirven como medios para lograr sus objetivos personales. Individualismo puro.

Los fenómenos educativos pierden su dimensión alternativa que va más allá del estado actual de las cosas, para solamente adiestrarnos con el propósito de cumplir nuestro entrenamiento laboral, aceptar todo lo que se diga sin reclamos ni oposición alguna. Y estar a libre disposición del mercado, como un robot que se ofrece para realizar un determinado trabajo.

Los medios de comunicación audiovisuales tienden a confundir el ser con el parecer, las apariencias sustituyen a la realidad, es así como hemos tomado el ejemplo traído por la globalización, y solo aparentamos cosas que no somos, por eso en la sociedad actual se compite , por ejemplo, con quien tiene el teléfono celular mas moderno, sin embargo, la mayoría de los que lo poseen, no tienen poder adquisitivo real para comprarlo, recurriendo a las tarjetas de crédito, lo que no es una muy buena opción. Personalmente no soy muy partidaria de las tarjetas de crédito, creo que uno tiene que vivir de acuerdo con lo que realmente puede adquirir, y no viviendo una utopía, basada en la superficialidad de la sociedad actual, convirtiendo la vida en una constante actuación, que te castiga si no tienes la última tecnología.

La vida económica no solo exige adaptarse a la nueva situaron, sino que vivir permanentemente adecuándose a las exigencias del mercado. “Afrontar con serenidad la incertidumbre inevitable en el desarrollo humano es algo diferente de tener que vivir con la ansiedad que produce la permanente inestabilidad personal o profesional como consecuencia de un mercado que vive de la innovación permanente porque no produce para satisfacer necesidades, sino para obtener beneficio provocando el deseo del consumo ilimitado” (Ángel Pérez Gómez, 1998). Se vive el instante proyectándonos inmediatamente al futuro, sin disfrutar el presente, pues el futuro promete mayor novedad.

La ciencia y la economía avanzan tan rápidamente que impiden el asentamiento de la cultura, la cual no puede avanzan conjuntamente con ellas, minimalizando así la importancia de la cultura en la sociedad. Todos tenemos un tiempo bilologico que no esta siendo respetado por la sociedad neoliberal, olvidandonos de las capacidades que tenemos y de que somos personas, tomando la vida tan mecánicamente como es posible.

Creo que como sociedad debemos detenernos un poco a pensar en todas las consecuencias negativas y positivas que ha traído consigo el neoliberalismo, y tratar de avanzar un poco mas lento, para poder disfrutar la vida que se nos ha concedido.

En lo personal, yo creía que estaba un poco loca, porque me tomo la vida muy despacio, a mi tiempo, me doy los espacios para maravillarme de la naturaleza, de la vida que hay en la ciudad, que para la mayoría pasa desapercibida, quizás no estoy tan equivocada, quizás la sociedad no se da cuenta que esta errando en ciertos aspectos, discriminando y tratando de tontas a personas como yo, no por su culpa, sino por que se han dejado llevar por la masa de la globalización, avanzan tan rápido que no pueden abrir los ojos y ver otro mundo, no se dan cuenta de que pasan tantas cosas hermosas frente a ellos, van tan apresurados que no pueden verlas.

1 comentario:

Profesora dijo...

Estimada Soledad

Muy buen comentario

Tu nota es: 96